Estrellas en el desierto
Se inicia el campeonato de clausura y con ello una nueva ilusión, al momento de comenzar este torneo es imposible no soñar con volver a gritar la U campeón, una vez más los azules tocamos el cielo con las manos, una vez más el pueblo azul está de fiesta, tenemos una primavera con aroma de campeón, tendremos un verano distinto, el sol brillará para el mundo mágico después de cuatro años. Ojalá el sueño se haga realidad.
Al momento de dirigirme a ustedes lo hago pensando en los miles de hinchas de nuestra querida institución y se me vienen a la mente miles de recuerdo que quiero compartir con ustedes. Junto a estas líneas recordaremos los momentos que han marcado a fuego a nuestra U. En el fútbol como en la vida hay buenas y malas etapas, pero
todas forman parte de la historia.
Al momento de comenzar el torneo me es imposible no recordar el último título obtenido el 2004 en Calama, otra vez el desierto al igual que en 1994 en El Salvador y en ambos casos la estrella bajó desde los doce pasos. En el estadio El Cobre fue el botín del recordado Pato Mardones y en el municipal calameño el turno fue del querido Johny Herrera.
Tengo en la mente aún latente aquél grito de gol, estaba en el techo del estadio, La Magia Azul no tenía caseta, la noche en el desierto era helada, pero que importaba si la U era campeón y mi obligación era contárselo en mí estilo a todo el país, nada me importó estar rodeado de hinchas naranjas, no me importaba el regreso en bus a Santiago a penas terminará nuestro trabajo, me olvidé que hacia varios meses estaba impago junto mis compañeros, junto a Claudio ,mi compañero de ruta ,las 24 horas arriba del bus no las sentimos, nada era más importante que haber sido campeón, otra vez en el norte. Sin duda en el desierto las estrellas son más azules porque son de la U.
Un Abrazo
Pepe Ormazábal
